Saludos amigos, este es un estracto de un artículo que leí y me llamo la atención el cual quiero compartirles con todos ustedes, mis seguidores de este blog. gracias por ser parte de esta página electrónica.
EL CAMBIO
Muchos hablan de que la resistencia al cambio es miedo a lo desconocido; más bien creo que es miedo a dejar lo que se tiene; es por eso que en las organizaciones, quienes se oponen al cambio son los dirigentes.
Debes saber que en una organización, son los dirigentes quienes tienen más libertad: si, libertad es elegir… decidir, y en este caso se trata de decidir si se sigue viviendo o no de espalda a la realidad.
Hasta hoy, el dirigente se sirve de la gente, es el rey, hace su voluntad a placer; el cambio exige ahora que su papel sea servir, apoyar, desarrollar a quienes hasta ahora, le han servido.
El cambio mata a quien se le opone, pero regenera a quien tiene la suficiente humildad y entereza para aceptarlo; el cambio es vida, vivifica las oxidadas formas de las actuales relaciones organizacionales, cargadas de falsedad, el cambio es escenario para el desbordamiento de la creatividad, el ingenio, el desarrollo… la vida en las organizaciones.
El cambio tiene sus propias propiedades: es transformador, porque una vez que se desatan sus fuerzas, ya nada vuelve a ser igual; es inevitable, porque somos seres que vivimos gracias al cambio, pues cuando éste se detiene, es porque en ese momento morimos. Es predecible, pues al poseer libre albedrío, podemos armar el futuro, de acuerdo a los hechos que precedieron al presente.
Un aspecto vital para arrancar un esfuerzo de cambio dentro de la organización, lo constituye sin duda, el hecho de contar con un sólido liderazgo por parte del dirigente. Nadie dice que el cambio es fácil, tiene sus tropiezos en el camino, te mencionare algunas deficiencias que se han presentado a los líderes al momento de hacer su esfuerzo por promover el cambio y la transformación de acuerdo al pensador John Kotter.
No convencer a la gente de que el cambio es necesario
No hacer las reflexiones correctas y suficientes para ubicar una visión
Quedarse con la visión en el papel
No fortalecer el liderazgo
Olvidarse de la importancia de la dignidad humana
No priorizar la formación de los colaboradores
No contabilizar financieramente los éxitos
Cantar victoria antes de consolidar el cambio
No estructurar un equipo auxiliar de personas representativas para promover el cambio
No traducir los cambios en una nueva cultura.
Debes saber que en una organización, son los dirigentes quienes tienen más libertad: si, libertad es elegir… decidir, y en este caso se trata de decidir si se sigue viviendo o no de espalda a la realidad.
Hasta hoy, el dirigente se sirve de la gente, es el rey, hace su voluntad a placer; el cambio exige ahora que su papel sea servir, apoyar, desarrollar a quienes hasta ahora, le han servido.
El cambio mata a quien se le opone, pero regenera a quien tiene la suficiente humildad y entereza para aceptarlo; el cambio es vida, vivifica las oxidadas formas de las actuales relaciones organizacionales, cargadas de falsedad, el cambio es escenario para el desbordamiento de la creatividad, el ingenio, el desarrollo… la vida en las organizaciones.
El cambio tiene sus propias propiedades: es transformador, porque una vez que se desatan sus fuerzas, ya nada vuelve a ser igual; es inevitable, porque somos seres que vivimos gracias al cambio, pues cuando éste se detiene, es porque en ese momento morimos. Es predecible, pues al poseer libre albedrío, podemos armar el futuro, de acuerdo a los hechos que precedieron al presente.
Un aspecto vital para arrancar un esfuerzo de cambio dentro de la organización, lo constituye sin duda, el hecho de contar con un sólido liderazgo por parte del dirigente. Nadie dice que el cambio es fácil, tiene sus tropiezos en el camino, te mencionare algunas deficiencias que se han presentado a los líderes al momento de hacer su esfuerzo por promover el cambio y la transformación de acuerdo al pensador John Kotter.
No convencer a la gente de que el cambio es necesario
No hacer las reflexiones correctas y suficientes para ubicar una visión
Quedarse con la visión en el papel
No fortalecer el liderazgo
Olvidarse de la importancia de la dignidad humana
No priorizar la formación de los colaboradores
No contabilizar financieramente los éxitos
Cantar victoria antes de consolidar el cambio
No estructurar un equipo auxiliar de personas representativas para promover el cambio
No traducir los cambios en una nueva cultura.
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